Nuestra ciudad es todo un referente nacional de la música clásica. Grandes sinfonías, música de cámara, modernismo, minimalismo, festivales históricos y muchas otras opciones te están esperando de manera habitual en la programación de la Ciudad Condal.
Barcelona cuenta con algunos de los recintos históricos con más trayectoria del país: como el Gran Teatre Liceu, el Palau de la Música Catalana o L'Auditori. Consulta nuestra agenda para no perderte ninguna cita con el ballet, la ópera o la mejor música sinfónica.
FIGURAS MUSICALES DESTACADAS DE CATALUÑA
Isaac Albéniz
Natural de Girona, Isaac Albéniz es sin duda uno de los compositores más destacados que ha dado Cataluña a lo largo de su historia. Nacido en Camprodón en 1860, ha sido uno de los mayores virtuosos al piano de España, y un compositor clave para nuestra historia musical.
Criado como niño prodigio (con tan solo 4 años ya ofrecía conciertos) , pronto se convirtió en una figura internacional de la música. Viajaba constantemente entre Europa y América para ofrecer conciertos, pero decidió detenerse un tiempo en Bélgica para labrarse una carrera férrea y estable.
Sin embargo, su papel más destacado no fue como pianista, sino como creador incuestionable de un estilo de inspiración nacional. Año indispensable para ello fue 1882, cuando conoció al también compositor Felip Pedrell. Sería él quién le inculcaría esa inquietud, sumergiéndole de pleno en la música popular española.
A partir de entonces, su estilo, que se había caracterizado por obras románticas de salón, cortas y agradables sin aparentemente grandes pretensiones estilísticas, se volcó en la investigación de nuevas vías compositivas para la música clásica española. Pronto, en 1886, ya publicó Suite Española para piano, hoy una de las obras base de este género.
Su ideal a perseguir sería el de “crear una música nacional de acento universal” a partir de aquel momento, es decir, indagar una música de marcada influencia popular española pero reconocible en todo el globo. A partir de ese momento, sus composiciones comenzarían a forjar los clichés sonoros que hoy reconocemos como “rspañoles” en la música de todo el mundo.
Isaac Albéniz fue una gran influencia para otros compositores de la época, como Granados, Falla o Debussy, que seguirían el camino marcado por éste hasta culminar en un estilo vibrante y perfectamente identificable. Iberia será considerada por muchos como su obra cénit.
La etapa de madurez compositiva de Albéniz podría dividirse en dos: la primera, la época nacionalista sspañola, en la que compone obras como Cantos de España, Doce piezas características, la Suite Española y el Concierto fantástico en La menor . Se caracteriza por tintes andaluces en su melodismo (“alhambrismo”) y por una fuerte influencia de los ritmos del flamenco o el cante jondo. También afloran sonidos de los cantos populares de muy diversas provincias, y las escalas modales y frigias (características del folclore) se hacen protagonistas.
Culminaría con una última etapa, claramente influenciada por el impresionismo que se expandía por Europa. Iberia pertenecerá a esta época. La amistad con Debussy, máximo exponente del impresionismo francés, supone en este momento una influencia clave.
Enrique Granados
Pianista, compositor y fundamentalmente romántico, Enrique Granados y Campiña es una de las figuras catalanas más destacadas e imprescindibles de la historia de la música. Hijo de padre cubano y madre gallega, ya destacó desde muy joven por su inclinación hacia la música clásica. A los 10 años ya ofrecía conciertos de manera pública.
Aunque residió en Barcelona, pronto se trasladó a París, donde continuaría con sus estudios. Allí comenzó a componer sus primeras danzas, y a interpretar acompañando a los mejores violinsitas del momento: Manén, Isaye, Crikboom y Thibaud . Fue allí donde empezó a dar forma a Goyescas, su obra más aplaudida, que le reportaría fama a nivel internacional. Concluida en el año 1916, alude directamente al pintor Francisco Goya. Sin emabrgo, no hay una correlación directa entre movimientos y los cuadros del pintor, sino una representación de la atmósfera generada por el genio.Es el principal representante de la lírica española de su tiempo, con un original tratamiento de lo vocal. La obra, escrita en un acto y tres cuadros, deriva de una suite pianística escrita cinco años antes por el autor.
“Me enamoré de la psicología de Goya, de su paleta, de él y de la duquesa de Alba, de sus modelos, de sus pendencias, amores y requiebros. Aquel blanco de las mejillas, contrastando con blondas y terciopelo negro con alamares; aquellos cuerpos de cinturas cimbreantes, manos de nácar y jazmín posadas sobre azabaches, me han trastornado”.
Aunque su obra más recordada siempre será Goyescas, Enrique Granados compuso otros muchos títulos memorables: Bocetos, 12 Danzas españolas, Piezas sobre cantos populares, Valses poéticos, Madrigal, la ópera María del Carmen (1898), Follet, Picarol, Liliana, una nueva serie de Danzas españolas, Sardana, Rapsodia aragonesa, El Pelele...
Felip Pedrell
Nacido en 1922, Felip Pedrell será siempre recordado por haber sido el precursor de la musicología española moderna. Compositor y músico, fue el primero en investigar pormenorizadamente el folclore español, construyendo así las bases de nuestra etnomusicología y cimentando la búsqueda de una música nacional española basada en la rica tradición popular.
Fundó escuelas de musicología en toda España y fue una influencia base en nuestra música del siglo XX. Pero, además de sus estudios musicológicos, Felip Pedrell fue un compositor muy profuso que firmó óperas, obras líricas, poemas sinfónicos, música religiosa y música de cámara.
Con este musicólogo nuestro país volvió a valorar un patrimonio que hasta entonces había pasado inadvertido para la música erudita: la música popular, aunándolos en un nuevo camino que, quizás sin su ayuda, no habría llegado nunca a cimentarse.
Cristofor Taltabull
Cristofor Taltabull fue un destacado pedagogo musical y una figura clave de su tiempo, ya que contribuyó a la ardua tarea de la reconstrucción musical catalana tras la Guerra Civil Española y la primera fase del franquismo. Aunque recibió un trato neutral de indiferencia por el franquismo, trabajó activamente por la identidad de su música y fue un compositor profuso.
Algunos de sus más destacados alumnos han sido nombres como Sebastià Benet, Xavier Benguerel, Lleó Borrell, Maria-Teresa Borràs, Manuel Cabero, Jordi Carbonell, Josep Casanovas, Josep Cercós, Àngel Cerdà, Joan Comelles, Maria-Lluïsa Cortada, Edmund Eckart, Gregori Estrada, Eugeni Gassull, Maria-Teresa Giménez, Enric Gispert, Marçal Gols, Joan Guinjoan, Palmira Jaquetti, Lluís Lanau, Joan Masjoan, Josep Massuet, Josep-Maria Mestres Quadreny, Lluís Millet, Salvador Moreno, Domènec Rovira, Ireneu Segarra, Fèlix Strohecker, Jordi Sivilla, Jordi Torra y Josep Soler.
Josep Soler i Sardà
Como hemos visto, Cataluña no destaca sólo por haber sido cuna de importantes figuras compositivas, sino por una serie de nombres que han cimentado las bases de la musicología moderna de nuestro país. Hablamos de Josep Soler, que nació en Villafranca del Penedés en 1935, pero se crió y desarrolló gran parte de su carrera en Barcelona.
Influenciado por la Segunda Escuela de Viena, sobre todo por Arnold Schoenverh y Alban Berg, es máximo representante del expresionismo catalán de su época. Desarrolló su faceta dodecafónica en armonía con teorías científicas. Por ejemplo, la Teoría de la Relatividad determinó su tratamiento compositivo, y trató durante años de plasmar en el fenómeno musical la unidad entre el tiempo y el espacio. Integrará el tiempo en su composición como elemento teórico constante:
“la música no es un orden en el tiempo sino un tiempo […] con forma ordenada y organizada con unas determinadas propiedades.”
Josep Soler i Sardà ha recibido numerosos premios, como el premio Nacional de Música, el Premio Iberoamericano de la música “Tomás Luis de Victoria” o la medalla de oro al Mérito en las Bellas Artes. A pesar de ello, en el año 2013 rechazó este último título como protesta contra las medidas políticas del PP en el campo de la cultura y la música.
Influenciado por Wagner y sobre todo por su mítico acorde de Tristán e Isolda, Josep Soler tiene una amplia producción operística con 16 piezas hasta el momento. Además, ha cultivado una amplísima labor pedagógica en forma de ensayos y publicaciones.
Urbà Fando Rais
Nacido en Barcelona en 1855, Urbà fue organista, director de orquesta, músico y además compositor de zarzuelas de amplio éxito durante el siglo XIX. Es conocido por su amplia aportación al mundo de la zarzuela. Tras componer algunas obras propias y en solitario, en 1895 comenzó una fructífera relación con el teatro Jardín Español, donde ponía música a los libretos de Conrad Colomer Rogés. Su obra más reconocida es El somni de la innocència.
Ramón Farrán Sánchez
Nacido en 1939, Ramón Farrán ha mantenido una estrecha vinculación con el mundo del jazz a lo largo de toda su carrera, aunque también es una importante personalidad en el mundo de la música clásica. Empezó su carrera como batería de jazz, siendo un pionero del género en nuestro país en unos años difíciles para esa música. Tanto, que en 1963 se atrevió a abrir su propio club de jazz en Palma de Mallorca, el Indigo Jazz Club, que recibió la visita de grandes músicos de jazz internacionales.
Su trayectoria ha influenciado en la música comercial y pop de nuestro país. Sus arreglos de Rumba flamenca influenciaron a Peret y Los Amaya, acuñó el término rumba-pop y colaboró con nombres como Juan Manuel Serrat, Massiel, Julio Iglesias, Los Sírex, Los Relámpagos, Los Brincos, Juan y Junior, Mª Dolores Pradera o El Dúo Dinámico.
En el mundo de la música contemporánea, ha trabajado con música programada por ordenador para acompañar orquestas de cámara. Es un innovador del género donde quedan claras sus tendencias por la música jazz.
TEATROS DESTACADOS DE MÚSICA CLÁSICA EN BARCELONA
PALAU DE LA MÚSICA CATALANA
Ubicado en el barrio de la Ribera de Barcelona, el Palau de la Música Catalana es obra del arquitecto Lluís Domènech i Montaner, uno de los máximos representantes del modernismo catalán. El edificio fue inaugurado en 1908, y sus grandes muros de cristal, esculturas, mosaicos y forjas hacen de esta construcción una obra de arte en sí misma, tanto que ha sido declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en el año 1997 y monumento nacional en 1971.
El edificio fue proyectado para conciertos de música orquestal e instrumental, interpretaciones corales y recitales, aunque también han tenido cabida actos políticos, culturales, teatrales o muy variadas propuestas escénicas. Hoy día es la sede oficial del Orfeón Catalán.
La gran Sala de Conciertos, espacio principal del Palau, representa un espacio privilegiado en la vida concertística nacional. A lo largo de sus más de 100 años de historia ha acogido estrenos nacionales e internacionales. Representa un punto de encuentro y difusión de la cultura sinfónica y coral de nuestro país. Está presidida por un gran órgano sobre le escenario, y su lucernario central ilumina de luz natural toda la sala.
Además de esta histórica sala, el Palau de la música cuenta con otros dos espacios destacados: El Petit Palau y la Sala de Ensayo del Orfeó Català. La primera fue inaugurada en el año 2004, con una acústica excelente y perfectamente cuidada para conciertos de cámara o de pequeño formato. La sala de ensayo, por su parte, es un lugar acogedor donde dar vida a conciertos íntimos. En esta sala se encuentra la primera piedraque en su día se colocó para la construcción del Palau.
Cómo llegar
C/ Palau de la Música, 4-6, 08003 Barcelona, España
Autobús, Líneas: V15, V17, 45
Barcelona Bus Turístic (ruta norte y sur): Parada Casa Batlló - Fundación Antoni Tàpies.
City Tours (Barcelona Tours): Parada 2, Gótico.
Metro Urquinaona: L1, L4
RENFE: Estación Plaza Cataluña
FGC: Estación Plaça Cataluña
GRAN TEATRE DEL LICEU
Conocido como El Liceo, es el teatro de ópera más prestigioso de Barcelona, además del que ha permanecido más tiempo en activo. Fue construido en 1847 en plena Rambla, según los planos del arquitecto Miquel Garriga i Roca.
El teatro funcionó durante muchos años con empresas conesionarias de espectáculos, auqnue en 1980 se creó el Consorcio del Gran Teatre del Liceu, dado que el antiguo modelo era inviable económicamente.
El Gran teatre del Liceu ha constituido casi desde sus comienzos un punto de encuentro de las más altas esferas catalanas. Por eso, el incendio que asoló su estructura en 1994 causó una profunda conmoción en la sociedad de Barcelona. La sala principal y el escenario quedaron destruidos, y se llevó a cabo un nuevo enfoque para la reconstrucción del teatro, que contó con innumerables mejoras de seguridad y técnicas. Inspirada en el Teatro alla Scala de Milán, la sala principal fue reformada en forma de herradura, con platea y cinco niveles. Cuenta con un aforo de hasta 2292 espectadores y con palcos en el proscenio, anfiteatro y alrededor de la platea.
En el Teatro del Liceu podemos encontrar también otras estancias accesorias, como el Saló dels Miralls (un espacio de encuentro público que consiguió salvarse del incendio) y el Foyer, que situado bajo la sala, es un espacio polivalente con cafetería habitualmente utilizado como sala de conciertos.
La historia artística del teatro es variada, y una fiel representación de la historia de la lírica occidental. Aunque en una primera época se programaban todo tipo de espectáculos (ópera, teatro hablado, conciertos, variedades), poco a poco el recinto fue evolucionando y la ópera prevaleció. Fue construyéndose así una prestigiosa reputación alrededor del Liceu donde la música clásica era la protagonista. Anna Bolena, de Donizetti, fue la primera ópera representada, marcando así desde el principio una clara inclinación por el bel canto italiano: Rossini, Bellini o Verdi son algunos de los autores más representados en el escenario del Liceu.
Sin embargo, en este teatro ha habido sitio para todo tipo de compositores, y la ópera rusa y francesa también han sido ampliamente representadas. Mussorgski, Rimski-Kórsakov, Txaikovsky , Bartók, Honegger, Gershwin, Berg, Janácek, Weill, Shostakovich, Prokofiev, Britten, Schönberg, Hindemith ...han pasado por su escenario. La música de grandes clásicos también es habitual: Monteverdi, Händel y Gluck, además de los ballets rusos de Diaghilev, Strauss, Falla y Stravinsky.
Además de ser un fiel altavoz para las corrientes compositivas internacionales, el Liceu ha servido desde desde el principio como apoyo a la música catalana. Pedrell, Granados, Morera, Pahissa, Vives, Toldrà, Montsalvatge, Gerhard han visto sus obras estrenadas en el escenario del Licéu.
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